¿Qué te creías?
Dime..
¿Pensabas que estaría junto a ti y tu desdicha?
¿Pensabas que nunca saltaría al vacío de la libertad?
¿Pensabas que nunca bucearía en el abismo de la vida?
Pues aquí estoy y salté.
Salté y sin paracaídas,
sin paracaídas sí,
y caía y caía…
caía… y cuando ya pensé que me precipitaba
y que iba a estamparme sobre el duro asfalto de la soledad,
extendí mis alas,
extendí mis alas, que aún entumecidas
me enseñaron rápido a volar…
A volar y volar y…volar.
Y sí, aquí estoy
y aunque me perdí en el mar de nuestra vida,
aunque el barco naufragó y me hundí,
me hundí, sí, en lo más profundo de tu miseria humana.
Y aunque llegué a pensar que me ahogaría
porque me puse a bucear sin oxígeno,
sin botella para poder respirar.
Y aunque me asfixiaba sí… y creí que me moría sin oxígeno,
y creí que me ahogaba y que no volvería,
que jamás volvería a poder amar,
en ese instante, en que toda mi vida pasó ante mí,
en ese momento en que me dejé ir,
en ese instante…
me nacieron branquias.
¡Ja! Me nacieron branquias sí,
y ahora nado y buceo por las más profundas fosas marinas
y ya nada me da miedo.
Nada me da miedo, no… porque nado, buceo y vuelo
contra corriente,
contra toda esperanza,
contra toda expectativa, pero aquí estoy
a pesar de todo… y a pesar de ti.